sábado, 9 de abril de 2011

FEDERICO GARCIA LORCA


Poeta español (1898-1936)

AIRE NOCTURNO
1919

Tengo mucho miedo 
de las hojas muertas, 
miedo de los prados 
llenos de rocío. 
Yo voy a dormirme; 
si no me despiertas, 
dejaré a tu lado mi corazón frió.
¿Qué es eso que suena 
muy lejos? 
Amor. El viento en las vidrieras, 
¡amor mío!

Te puse collares 
con gemas de aurora. 
¿Por qué me abandonas 
en este camino? 
Si te vas muy lejos, 
mi pájaro llora 
y la verde viña 
no dará su vino.

¿Qué es eso que suena 
muy lejos? 
Amor. El viento en las vidrieras, 
¡amor mío!

Tú no sabrás nunca, 
esfinge de nieve, 
lo mucho que yo 
te hubiera querido 
esas madrugadas 
cuando tanto llueve 
y en la rama seca 
se deshace el nido.

¿Qué es eso que suena 
muy lejos? 
Amor. El viento en las vidrieras, 
¡amor mío!


SI MIS MANOS PUDIERAN
DESHOJAR A LA LUNA

Yo pronuncio tu nombre 
En las noches oscuras 
Cuando vienen los astros 
A beber en la luna 
Y duermen los ramajes 
De las frondas ocultas. 
Y yo me siento hueco 
De pasión y de música. 
Loco reloj que canta 
Muertas horas antiguas.
  
Yo pronuncio tu nombre, 
En esta noche oscura, 
Y tu nombre me suena 
Más lejano que nunca. 
Más lejano que todas las estrellas 
Y más doliente que la mansa lluvia.
  
¿Te querré como entonces 
Alguna vez? ¿Qué culpa 
Tiene mi corazón? 
Si la niebla se esfuma 
¿Qué otra pasión me espera? 
¿Será tranquila y pura? 
¡¡Si mis dedos pudieran 
Deshojar a la luna!!


CANCIÓN OTOÑAL

Hoy siento en el corazón
un vago temblor de estrellas,
pero mi senda se pierde
en el alma de la niebla.
La luz me troncha las alas
y el dolor de mi tristeza
va mojando los recuerdos
en la fuente de la idea.

Todas las rosas son blancas,
tan blancas como mi pena,
y no son las rosas blancas,
que ha nevado sobre ellas.
Antes tuvieron el iris.
También sobre el alma nieva.
La nieve del alma tiene
copos de besos y escenas
que se hundieron en la sombra
o en la luz del que las piensa.

La nieve cae de las rosas,
pero la del alma queda,
y la garra de los años
hace un sudario con ellas.

¿Se deshelará la nieve
cuando la muerte nos lleva?
¿O después habrá otra nieve
y otras rosas más perfectas?
¿Será la paz con nosotros
como Cristo nos enseña?
¿O nunca será posible
la solución del problema?

¿Y si el amor nos engaña?
¿Quién la vida nos alienta
si el crepúsculo nos hunde
en la verdadera ciencia
del Bien que quizá no exista,
y del Mal que late cerca?

¿Si la esperanza se apaga
y la Babel se comienza,
qué antorcha iluminará
los caminos en la Tierra?

¿Si el azul es un ensueño,
qué será de la inocencia?
¿Qué será del corazón
si el Amor no tiene flechas?

¿Y si la muerte es la muerte,
qué será de los poetas
y de las cosas dormidas
que ya nadie las recuerda?
¡Oh sol de las esperanzas!
¡Agua clara! ¡Luna nueva!
¡Corazones de los niños!
¡Almas rudas de las piedras!
Hoy siento en el corazón
un vago temblor de estrellas
y todas las rosas son
tan blancas como mi pena.


















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